Allá por el año 66 del siglo pasado andaba yo de hippy por una carretera de Asturias... Una carretera de las de antes, de montaña, estrecha y sin un destino preciso.
Al llegar a una revuelta, me encontré con un guardia civil, me paro, me identifico y registro mi mochila. Después me dijo que me sentase en el suelo y que esperase. De momento, no se podía circular por esa carretera.
En medio de una conversación insulsa supe que Franco quería pescar salmones en no se que río y que tenía que pasar por allí. La espera fue larga, y al cabo de una hora mas o menos, el guardia saco un bocadillo de su macuto, lo partió y me dio la mitad... En ese punto casi nos hicimos amigos. Se lo agradecí porque yo me moría de hambre.
Cuando al cabo de otro indefinido rato paso a toda velocidad un motorista uniformado, mi guardia civil me ordenó que me sentase otra vez en el suelo... Me apunto con su "cetme" o mauser, (no se lo que era) en la cabeza, y pacientemente esperamos que una comitiva de Dodges pasara a toda velocidad por delante nuestro...
Después, me estrecho la mano y me dijo que ya podía continuar...
UFFFFFF......
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