miércoles, 20 de junio de 2012

Hay veces que me lio demasiado


      De todo cuanto existe en el universo universal, lo mas extraño, lo mas extravagante y lo mas intrigante es la vida; lo sistemas solares, las galaxias o los agujeros negros con toda su grandiosidad y misterio, no son mas que el sostén, el tubo de ensayo que soporta el gran experimento de la vida.
       ¿Por qué podemos afirmar esto?. Sencillamente porque la vida, es lo único que va contra la ley de la entropía o desgaste por el uso del universo entero.
      Si fuésemos tan afortunados que supiéramos cual era el estado energético del universo en el momento de la “creación”, y con ayuda de un ordenador inconcebible, podríamos conocer la trayectoria a lo largo de los eónes del mas minúsculo grano de arena. El desgaste del universo es implacable, y la energía inicial se está diluyendo en el infinito. Los soles se apagaran y la materia se disgregará en una nueva sopa cósmica, homogénea y sin apenas energía potencial.
       ¿Rige esta ley para todo en el universo?… ¡No!… En un lugar de La Gaelexia, en una pequeña aldea llamada Terrarum, y quizás también en otros lugares ha surgido un fenómeno llamado “Vida”. Con la fuerza suficiente como para revelarse contra la sagrada ley de la entropía. Allí donde la entropía dice disolver y homogeneizar, la vida dice separar y organizar; allá donde la entropía marca la trayectoria obligada del movimiento, la vida dice que se puede mover hacia donde quiera.
      Sin embargo, la vida ha salido de la materia, es difícil pensar que el germen de la vida haya flotado eternamente en el universo y una semilla haya caído aquí, o también que la vida fuese anterior y hubiese salido ilesa de la gran explosión inicial.
     Por otra parte, las probabilidades de generación espontánea, en un medio apropiado son tan pequeñas que se necesita un infinito número de mundos para que en alguno de ellos se pueda producir el fenómeno, teniendo en cuenta que el sistema empleado es el de prueba – error. Hemos tenido suerte de que nos haya tocado a nosotros.


       De lo que no se libra la vida, por estar encerrada en la materia, es del ciclo energético y de la segunda ley de la termodinámica, esa que dice que la energía siempre va de mayor a menor y nunca desaparece sino que se transforma. Quiere decir esto, que cualquier fenómeno físico que se produzca en el universo transforma energía, por ejemplo el movimiento se transforma en calor o viceversa.
La energía mas primaria que poseemos, es la que nos proporciona el Sol bajo forma de luz y calor. Es la mas abundante proporcionalmente de cuantas podemos obtener, y es la que permite la base material y el desarrollo de la vida.
Haciendo un análisis somero, podemos decir que la función clorofílica se produce gracias a unos fotones de la luz solar de una frecuencia determinada. A partir de ésta transformación, las plantas “vivas” organizan los átomos de carbono dispersos en su entorno y construyen moléculas de celulosa y de miles de compuestos químicos necesarios para la existencia del ente vivo “planta”, que es capaz de analizar su ambiente y de captar los elementos necesarios para desarrollarse. Esa energía queda acumulada en la materia bajo forma de madera combustible o de proteínas para alimentar a otro tipo de vida, la animal. 
La animal, es un tipo de vida que puede explorar el medio en el que se desarrolla, los protozoos se mueven en su medio y buscan una materia específica para alimentarse, y los elefantes exploran la selva en busca de frutos.
Llegados aquí, deberíamos hacer un inciso sobre el valor de la energía en función de las posibilidades de uso.
La forma de energía mas fácilmente utilizable, es el calor, pero “solo” sirve para cosas tan básicas y necesarias como calentarnos o cocinar la comida, es la forma con mas escaso valor, y la forma mas sencilla de reutilizar la energía acumulada por las plantas es la combustión.
Hace poco tiempo a escala de la humanidad que se inventó la máquina de vapor, lo que dio al calor el valor añadido del movimiento. Ya se podían utilizar máquinas pesadas en talleres y fábricas, incluso en vehículos automóviles.
La transformación del calor en movimiento y este en electricidad, dio ésta nueva forma de energía que puede transformarse prácticamente en cualquier otra, lo que supone un importante valor añadido.
Podríamos seguir en la escala de valores, pero abreviaré diciendo que el valor mas alto de la energía(*) es cuando ésta contiene información, y mas cuanto mejor sea esa información. (La información posee un valor independiente de la energía que la transporta o contiene)
Ya podemos volver al elefante, o mejor al cordero o a la vaca, puesto que es el animal que nos vamos a comer para obtener la energía necesaria para mantenernos vivos. Los cientos de nutrientes que se encuentran en una chuleta, acabarán formando parte de nuestras células, y lo que es mas importante, el carbono se quemara uniéndose a un átomo de oxígeno del aire que respiramos dentro de una molécula llamada ATP generándose en esa reacción química el calor en nuestro cuerpo.
Una de las características peculiares de la vida animal, como ya hemos dicho, es la posibilidad de moverse y de explorar el ambiente, en otras palabras, obtener información sobre el mundo que nos rodea, y esa información es útil desde a los mas sencillos animales unicelulares hasta el ser humano
Los animales inteligentes, es decir nosotros (algunos ) somos además capaces de acumular y transmitir información, con lo cual no es el volver a empezar a cada vez si no la continuación y superación de etapas anteriores del conocimiento. 
¿Para que nos sirve eso?. Podemos determinar a primera vista varias utilidades prácticas:
1º Con lo aprendido en dos siglos podemos mandar nuestras bacterias, virus y restos de aminoácidos a los confines del universo. Lo importante es difundir la semilla de la vida a todo el orbe, incluso a costa de destruir nuestro planeta. (Pero con la misión cumplida)
2º Mas utópica. Podemos obtener alimentos sanos y suficientes para todos los seres humanos en un planeta limpio y seguimos investigando hasta llegar al fondo del asunto.
Una forma distinta de ver el fenómeno, es que la vida se ha hecho sin nosotros, es mas, nos ha hecho a nosotros… ¿para que?… Desde este punto de vista, no somos mas que un instrumento de la vida, que no de la naturaleza para un fin determinado, es decir tenemos una función dentro del entramado Universo - Vida – Conciencia.
         Como no quiero que se confunda la metafísica con la quiromancia, vamos a hacer un análisis poco habitual del metabolismo del ser humano, y digo poco habitual, porque en el análisis normal, solo se estudia el ciclo de la energía bruta, en balances entre oxígeno consumido y  esfuerzo realizado, no teniendo en cuenta que una parte de ésta energía, la consumida en el cerebro se ha convertido en información.
         En los encefalogramas médicos, se reflejan una serie de ondas radioeléctricas emitidas por el cerebro, algunas representan estados del cerebro como despierto o dormido, mientras que otras son considerados como patológicas y otras reflejos emocionales.
         Los médicos, a su manera y con sus métodos deducen una información útil para el diagnostico de enfermedades mentales o lesiones físicas, y digo a su manera, porque en realidad no saben nada de la onda propiamente dicha ni de cómo se produce, solo le atribuyen una interpretación empírica a pesar de que contiene una información muy precisa que solo es legible utilizando los hasta ahora inaccesibles códigos del propio cerebro.
         Estas ondas, son fruto de la actividad eléctrica de las neuronas, de todas las neuronas, y en esto los ordenadores se asemejan al cerebro animal. En los ordenadores, la ejecución de un programa, es fruto de una enorme actividad eléctrica en sus células o unidades electrónicas como el transistor, pero en esos circuitos, sabemos direccionar e interpretar los cambios eléctricos, es decir comprendemos como funciona un ordenador y somos capaces de leer el flujo de datos que circulan por sus cables.
       No sucede lo mismo con las ondas cerebrales, no sabemos interpretarlas y sin embargo, contienen información sobre la vida que las emite. Cada pensamiento, cada movimiento incluido el mas leve parpadeo es fruto de una actividad eléctrica del cerebro. Las neuronas se polarizan o se despolarizan en función de una emoción, de una sensación o de una visión, cada cambio eléctrico produce o modula una onda eléctrica que es emitida hacia el universo bajo la forma de energía radioeléctrica que jamás se destruye y que sufre una atenuación en potencia proporcional al cuadrado de la distancia. Igual que cualquier emisión de radio o de televisión.
         Esto se traduce en una emisión de la película de nuestra vida, detallada hasta el límite desde la concepción hasta la muerte, transmitimos energía - información hacia el universo, es decir, estamos codificando el conocimiento del medio – universo a través de nuestra propia experiencia.
         Visto así, podríamos decir que la utilidad de la vida y al final la del ser humano, es transformar la energía Sol, Planta, Vaca, en pensamiento consciente, en información, es decir en conciencia de existir que es lo único que nos puede liberar del lastre de la materia, pero claro, a partir de aquí entramos en misticismos

 (*) Estos valores se miden por su balance energético. Si el beneficio obtenido es superior a la energía consumida, éste es positivo, de lo contrario es negativo. La combustión siempre presenta un balance negativo por la multitud de perdidas.

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