viernes, 7 de junio de 2013

El fondo del Asunto.
Sólo desde un pensamiento independiente se puede llegar a ciertas conclusiones. Usamos nuestra creatividad para construir bellezas artificiales que se van sucediendo en una vorágine insulsa. Nos obcecamos siguiendo a un líder que cambia cada día de parecer; cada uno al suyo. El resultado nunca cambia, nunca nada mejora más que un poco mientras hace aguas por donde no se nota, o es notado sólo por menos de la mitad de la población total.
La Democracia nos divide en dos bloques. Seguimos a nuestros líderes como a nuestros deportistas favoritos. Votamos por afición o por tradición familiar. En pocas ocasiones nos paramos a pensar seriamente sobre el estado actual de las cosas. Estamos siempre demasiado ocupados con las pequeñas tragedias cotidianas. Nos sentimos ahogados por los problemas, no sin motivo. Esto es perfectamente comprensible si aceptamos previamente que somos muy estrechos de miras y muy perezosos.
Hay una palabra mágica que se dice “confort”. Ella es nuestra diosa pagana y tirana y nosotros sus ilusos prosélitos. Nuestro comportamiento se parece más al del animalillo indefenso que todavía necesita la protección de un dios cualquiera. Freud le llamaría papá, la Iglesia diablo o becerro de oro, los filósofos dirían muchas más cosas interesantes del calibre de las que ya han dicho hasta hoy, los artistas se pondrían las botas con el consumo masivo de esculturas y monumentos, retratos del ego de unos pocos mistificadores de la nueva diosa. Y eso que he dicho; que el artista sirve al que tiene el dinero, no es un secreto para nadie.
Sin saberlo... quiero creer, nos hemos dejado seducir por una nueva divinidad que nos guía como corderos al matadero (sigue siendo pertinente la vieja metáfora). Deberíamos bajar a esta diosa Confort de su paraíso y ponerla aquí sobre la Tierra y darnos cuenta de muchas cosas importantes.
Pero sólo con un pensamiento independiente se puede llegar al fondo de cualquier asunto. Y aún llegado a ese punto, seguir dudando siempre, pues está claro que tenemos motivos para desconfiar de nosotros mismos y de nuestra capacidad para representarnos el mundo; de lo contrario ya habríamos resuelto el Asunto.
Si nos cuesta desde nuestra estrechez entender la propia palma de nuestra mano propia, ¿cómo no vamos a cometer torpezas históricas irreparables? En los departamentos de filosofía (habitáculos para filósofos) parecen haberse quedado en trance desde que descubrieron que dios estaba muerto; hablan del consumismo y el nihilismo de la población como enjambre al modo en que se habla de una consecuencia sin otra consecuencia que le sigue inmediatamente: la autodestructividad en masa, el suicidio masivo y total[1].
Nos pasan datos por delante de la cara de tal manera que lo aceptamos todo como enormes máquinas de degustar deshechos. La bulimia es una enfermedad muy representativa de nuestro estado mental. Otro síntoma-símbolo claro es un estadio de futbol, o el parlamento mismo: ese centro de poder donde se deciden todos nuestros pequeños asuntos cotidianos. Ahí está el ojo del huracán; un punto en la vorágine donde no se oye el ruido del viento que azota al resto de la población, ahogándola con contratos, préstamos, hipotecas, certificados, denuncias, facturas, citaciones, detenciones, arrestos, maltratos, mentiras, campañas publicitarias, noticias corrompidas, imágenes engañosas. Y todo lo tragamos para ir un mes de vacaciones y vomitar todo nuestro odio cuando no nos ven. Generamos estados de conciencia alterada para percibir una realidad diferente y no tan opresora o nos agarramos a la desconfianza y nos replegamos en ella. Pero no hay una tercera opción. Nadie ha inventado un nuevo pensamiento que supere al Nihilismo. Y así nos va. La mitad de la población total del mundo es una desconfiada y una escéptica y la otra mitad está puesta de alguna sustancia alucinógena del tipo de las citadas anteriormente.
La situación es bochornosa para cualquier ser humano que tenga un pensamiento libre de tales condicionantes. Los científicos han llegado a ciertas conclusiones, sí. Pero ellos no son la voz del pueblo y, por tanto, generan desconfianza. ¿Qué grupo social tiene más poder para influir sobre la capacidad pensante de la gente? Primero, el gobierno, sin duda. Segundo, el hecho de identificarse con su dios. Tercero, una nueva divinidad llamada Confort en la que, sin ser del todo conscientes, han ido cayendo los ciudadanos como pececillos en una red invisible y rentable. El comportamiento del ser humano se parece desconcertantemente al del parásito. ¡Qué duro de asumir es este punto del asunto! Pero no hay que detenerse en él. Eso es de nuevo el Nihilismo que nos lleva de nuevo a la red.

                              Escaneado del alma de un politico cualquiera

Sólo desde un pensamiento independiente se puede llegar al fondo y más al fondo cada vez. Pero no hablo del fondo metafísico ni irracional. No hablo de un abismo ni de un vacío existencial que deba llenarse. No hablo de tapar el hueco de la nada con un algo ficticio y siempre renovable. No diré de qué hablo porque crearía una paradoja[2]. Aunque con esta actitud nos situemos de antemano ante una perspectiva desastrosa, es decir; la condena de no llegar jamás a resolver el Asunto.
No diré de lo que hablo (me lo he prohibido), pero hablaré de lo que no hablo (poniendo en uso el modo de operar de la dialéctica, por esta vez).
No hablo de democracia parlamentaria, desde luego que no. No hablo de dictaduras, ni de repúblicas. Ni siquiera hablo de política en general. Sin embargo es una cuestión política. (El hecho de tener repercusiones políticas sin ser un tema directamente político no puede considerarse paradójico, puesto que es perfectamente posible hablar sobre política sin que haya repercusión directa. Usando su inversa afirmamos su reversa; lógica pura.) Pero no nos detengamos tampoco en este punto.
No hablo de religión, por supuesto. Ni de dioses; aunque me sirva de su capacidad metafórica, tantas veces usada ya para ayudar a entendernos permitiéndonos desentender. Ni hablo de movimientos sociales de unidad gregaria. Ni de estilos de vida alternativos publicitados en todas las televisiones del mundo, en todas las radios del mundo, en todos los ordenadores del mundo, en todas las publicaciones periódicas y no periódicas del mundo. La omnipresencia es una característica de dios y como tal le rendimos pleitesía. Por eso he de insistir en que sólo desde un pensamiento independiente se llegan a ver las dimensiones del Asunto en (casi)toda su magnitud.
No es culpa de nadie porque es culpa de todos, así que tampoco nos detendremos en este punto.
Lo que trato de decir a través de tanto rodeo retórico propio del discurso que se pretende filosófico es tan sencillo que apabulla, aunque lo entuerte. A saber, que sólo desde el pensamiento independiente y por tanto, libre[3], se puede vivir como ser humano y no parásito.
La manera de pensar del ser humano no es una cuestión política, en efecto, pero afecta desmesuradamente a la política “ojo del huracán” democrática.
Ser no-democrático, no-dictatorial, no-republicano, no-culé, ni merengue, ni católico, ni protestante, ni budista, ¿qué implica? Tener un pensamiento independiente. Es una sardina mordiéndose la cola sobre la sartén, pero sigue sin ser paradójico (vamos bien).
Llegados a este punto sí debemos pararnos y mirar un poco más de cerca. Tener un pensamiento independiente es fruto de apagar la televisión, dejar de leer la prensa, no escuchar la radio, olvidarse de los deportistas y sus disputas, y toda la parafernalia de la militancia. Quedarse quieto un rato y echar un vistazo por ahí, a ver qué pasa. Se verán pasar personas atareadas, cada cual en su faena. Y en ese momento se será consciente de la individualidad.
La individualidad es requisito imprescindible para que se desarrolle un pensamiento independiente. La plena consciencia (antes latente) de que en efecto, la soledad existe como concepto abstracto por ciertos motivos materiales. No es un síntoma psicológico, sino fisiológico. No es locura sentirse solo; es lucidez y valentía. Atreverse a aceptar la individualidad no es nihilista, puesto que es una afirmación positiva hacia la resolución del Asunto que ha sido un pozo sin fondo para la filosofía hasta ahora.
Enfrentarse a la soledad significa plantearse el problema con ansias de resolución y desde dentro, que es desde donde se piensa de manera independiente. Soledad, Individualidad, independencia de pensamiento... ¿para qué? ¿Es que acaso es posible encontrar una respuesta? Preguntas de este tipo son elaboradas cada día en los laboratorios psicológicos del mercado instalados por toda la geografía poblada del planeta. Luego nos los envían a casa a través de los medios que hemos pagado (les hemos pagado) para poder escucharles...
Darse cuenta de este tipo de cosas es revelador. Y es importante. Para eso sirve el pensamiento independiente, el individualismo y la soledad irrefutable.
Pero hasta aquí sólo se ha hablado de la vía negativa. El pensamiento independiente obra también a través del impulso afirmativo (creativo). Y actúa en cadena, pero en la dirección opuesta. Es decir; al salir a la calle se verían ahora pasar personas atareadas, pero no ya en sus asuntos cotidianos, sino en el Asunto. Todos los pensamientos independientes resolverían la paradoja y superarían con creces toda la filosofía escrita hasta ahora por todos los pensamientos.
Sólo un punto más nos queda de esta reflexión, y no es el punto final. Es el punto resultante de la cadena de causas y efectos que sigue: soledad-individualidad- pensamiento independiente-resolución del Asunto. Hablo de que es posible llegar al fondo del Asunto y resolverlo[4].
Y ese es el punto final de la filosofía. ¿Será por eso que da tanto miedo avanzar hacia él? El día en que todos los seres del planeta sean filósofos habrá cambiado para siempre el concepto de Filosofía. Quedando con ello resuelto el Asunto.
Notas:
[1] Ver cualquier página científica acerca del calentamiento global.
[2] Es fascinante el poder de la paradoja: actúa al modo del ajo con los vampiros. La paradoja es como el repulsivo perfecto ante toda posibilidad de apertura mental. Es el punto en que se termina la paciencia y la creatividad.
[3] Libertad: (Del lat. libertas, -_tis).1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.2. f. Estado o condición de quien no es esclavo.3. f. Estado de quien no está preso.4. f. Falta de sujeción y subordinación. A los jóvenes los pierde la libertad.5. f. Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres*.6. f. Prerrogativa, privilegio, licencia. U. m. en pl.7. f. Condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de ciertos deberes.8. f. Contravención desenfrenada de las leyes y buenas costumbres.9. f. Licencia u osada familiaridad. Me tomo la libertad de escribir esta carta. Eso es tomarse demasiada libertad. En pl., u. en sent. peyor.10. f. Exención de etiquetas. En la corte hay más libertad en el trato. en los pueblos se pasea con libertad.11. f. Desembarazo, franqueza. Para ser tan niña, se presenta con mucha libertad.12. f. Facilidad, soltura, disposición natural para hacer algo con destreza. Algunos pintores tienen libertad de pincel. Ciertos grabadores tienen libertad de buril. (DRAE)
*Este punto incita a una larga conversación con la Academia.
[4] No hablo de Idealismo sino de la suma indisoluble entre la razón y la imaginación, facultades muy naturales (terrenales) y no necesariamente idealistas.

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